En mi vida tengo dos grandes amores. Mi mujer y mi hijo. Me encantan, los adoro y me vuelven loca. Intento pasar todos los minutos que puedo con ellos. Cada vez que estoy en el trabajo y cruzan por mi mente no puedo evitar sonreír y sentir un gran amor dentro de mí. Hoy os voy a contar cómo fue mi boda. Que aunque no es una historia que suela contar muy a menudo creo que, ya va siendo hora de que la sepáis.

Cómo nos casamos Ester y yo no es una historia habitual, y eso que ninguna boda lo es. Pero a lo mejor, después de ver las bodas que suelo organizar, podréis pensar que la nuestra fue de cuento. Y bueno, lo fue, pero de cuento de risas. Porque en casa de herrero cuchara de palo. Mira que lo pasamos bien pero sucedió de una forma completamente casual.

La historia de nuestra boda

Ester y yo lo que deseábamos con todas nuestras fuerzas era ser mamás y, pensando que nos costaría un poco de tiempo, el tema de la boda lo dejamos aparcado. Sin embargo, resultó ser mucho más rápido de lo esperado ¡y tuvimos que organizar la boda a toda prisa! ¡Como si ser mamás hubiera ocurrido por accidente! Ester estaba embarazada de tres meses con un óvulo mío, pero esta historia os la contaré en otro post.

Al final tuvimos que tramitar el expediente a toda prisa y celebrar una boda en dos semanas… ¡en pleno agosto! Os podéis imaginar… El día de mi boda tuve que atender otras cinco por la mañana. Coordiné dos y tuve tres personas organizando el resto. Así que a las 15:30h llegué corriendo al lugar donde se celebraría la mía.

Fue muy casera, con muy poca gente y muy sencilla. Pero fue maravillosa. La celebramos en una villa rural donde luego todos nos quedamos a dormir. Con una terraza con vistas infinitas y una piscina donde tenía claro que todos acabaríamos dentro. Estaban nuestros amigos y nuestra familia directa, ¿qué más podíamos pedir? Os dejo algunas imágenes de aquel 31 de Agosto de 2013…

 

Mi boda

Fotógrafo Pedro Sobrado

Mi boda

Fotógrafo Pedro Sobrado

Un regalo muy especial

Un tiempo después, mi mujer Ester me hizo un regalo que no me esperaba. Bueno, qué digo un regalo, ¡un regalazo! De esos que te llenan el corazón y te dejan sin palabras. Hoy quiero dejaros ese regalo aquí para que vosotros también podáis disfrutarlo y que poco a poco vayamos viendo el amor como algo universal, sin fronteras ni barreras. El amor como motor de mundo, como cura contra todo y refugio para el alma.

Deseo de todo corazón que cada una de esas personas que en algún momento de sus vidas han dudado de esto puedan tener grabado para siempre que: El amor mueve el mundo.