Lo confieso, adoro mi trabajo. Y lo adoro porque por suerte hoy en día cada boda es en sí misma una creación íntima y personal. Casi, una obra de arte. Una boda bien organizada rebosa creatividad desde lo más grande hasta las cosas más pequeñas.

Además, tu buen gusto tiene la oportunidad de comenzar mucho antes de la boda con la invitación y con el save the date, que en inglés significa algo así como “reserva la fecha”.

Los save the date no son propiamente la invitación a la boda sino más bien un avance sin más detalles que el quién, el cuándo y en algunas ocasiones, el dónde. Aunque puede parecer algo pequeñito en forma, el save the date es enorme en significado por dos razones. La primera es que estás anunciando la noticia y la segunda es que ya estás mostrando a grandes rasgos la estética de la boda.

Los save the date se están entendiendo muy bien con las nuevas tecnologías. Muchas parejas jóvenes están optando cada vez más por el formato vídeo. Crean un pequeño guión, escogen una música especial y mandan el enlace por e-mail. Si te llega, estás invitado.

Las posibilidades son infinitas y es una ocasión para volvernos un poco locos. Algunos ejemplos muy originales que podemos encontrar por la red son galletas en forma de calendario con la fecha en rojo o un bote de helado estilo “Ben & Jerry” con la información en el envase.

También puedes usar técnicas diferentes como un estampado en madera o jugar con packagings originales y sorprendentes, o incluso poner la información en un imán y así permanecer para siempre en las puertas de las neveras de todos los invitados.

Como ves, puedes hacer lo que se te ocurra. Habrá momentos en la boda en los que haya que respetar más las tradiciones. Aprovecha el resto para dar rienda suelta a tu imaginación.

Marta Álvarez | Inspiración para una boda perfecta*

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